Conjunto de relatos que tienen un eje común: el amor.
Un radiante silencio: cuando abren una librería junto a el banco en el que trabaja, una mujer comienza a encontrar unas tarjetas en los libros con poemas dedicados. Así un día tras otro. Pero aunque intenta descubrir el posible autor, no da con él, por lo que no vuelve a la librería, donde el librero acaba quemando las tarjetas con versos que tenía preparadas para ella.
Amor de agosto: muchos años después, un hombre, que de joven se besó con una joven en un robledal y tuvo que emigrar cuando se enteró el padre y lo despidió del trabajo, va a quemar las cartas de ella, rompiendo así definitivamente el rito de visitar la villa de su amor adolescente, que mantuvo pese a que hacía años que los dos tenían ya pareja.
Esa estrana lucidez: cuenta un perro que va con su amo todas las noches a acechar las ventanas de la casa de una mujer. Pero nadie los ve porque son fantasmas que tuvieron un año de prórroga en tierra de los vivos. Recuerda cuando el amo la conoció a Ella paseando con otro perro. Le cambió el carácter, se tornó más alegre. Mas lo venció la tristeza cuando se dejaron. Hasta el día en el que un rayo cayó sobre el coche en el que volvían de coger castañas.
Una historia de fantasmas: recuerda una narradora femenina de cuando haciendo el camino de Santiago desde Pamplona un hombre contó en la velada nocturna de una posada el caso de un accidente de coche que dejó viuda y sumida en la tristeza y soledad a una mujer. Hasta que empezó a sentir la presencia del marido en casa, que luego se hizo real en las flores que alguien había llevado, e incluso en el libro de Valiente que encontró abierto encima de la cama con el poema que ella tantas veces le había leído. Intenta la narradora al día siguiente hablar con el relator de la historia, mas había desaparecido. Y al mirar el periódico de cuatro años antes, cuando había ocurrido el accidente, vio la foto del muerto: era el hombre que había contado el suceso.
Ríos de la memoria: una mujer va años después al encuentro del riachuelo que fue testigo de su despedida de un amor de la adolescencia, cuando la vida la obligó a separarse de él y de su novio. Pero ya no existe.
Unha foto na rúa: un hombre encuentra en las calles de Vigo varias fotos de una mujer muy hermosa; como una de ellas estaba cerca de la universidad y tenía el nombre de Diana, intenta localizarla simulando que trabaja para una empresa de sondeos. Pero no tiene éxito. Es la mujer que deja una última foto en la plataforma antes de subir al tren, que se dedica a viajar desde que le tocó la lotería y va dejando fotos suyas por los lugares que visita.
Meditación ante o álbum de fotos familiar: un hombre descubre con asombro al hacer reformas en el pazo familiar que él heredó que en una pared oculta hay un cadáver con una bala en el cráneo. Y mirando la foto familiar piensa en quien podría ser el asesino.
Despois de tantos anos: cuando una mujer recibe la noticia de que un antiguo pretendiente de la adolescencia acaba de morir, recuerda con nostalgia que entonces, cuando él le regaló las Rimas de Bécquer, ya tenía otro novio, con el que se casó y vivió una vida, que quizás podría haber sido más feliz de haberse decidido por él.
Un río de palabras: la literatura en forma de fragmentos de novelas dejados por las paredes, como si de anuncios se tratase, que el narrador va dejando, y a los que luego se les unen poemas que otros también pegan, puede llenar la ciudad de palabras.
Finalmente, se incluye una reflexión sobre la génesis y las circunstancias de elaboración del libro, De amores e de libros, donde el autor explica que todos los relatos -algunos de ellos publicados en diversos medios en versiones previas- hablan de la importancia del amor y también de su ausencia. Y su tributo en forma de citas a autores como Valiente o Paul Auster.
La edición incorpora, también, unas delicadas ilustraciones de Pablo Auladell.
Un radiante silencio: cuando abren una librería junto a el banco en el que trabaja, una mujer comienza a encontrar unas tarjetas en los libros con poemas dedicados. Así un día tras otro. Pero aunque intenta descubrir el posible autor, no da con él, por lo que no vuelve a la librería, donde el librero acaba quemando las tarjetas con versos que tenía preparadas para ella.
Amor de agosto: muchos años después, un hombre, que de joven se besó con una joven en un robledal y tuvo que emigrar cuando se enteró el padre y lo despidió del trabajo, va a quemar las cartas de ella, rompiendo así definitivamente el rito de visitar la villa de su amor adolescente, que mantuvo pese a que hacía años que los dos tenían ya pareja.
Esa estrana lucidez: cuenta un perro que va con su amo todas las noches a acechar las ventanas de la casa de una mujer. Pero nadie los ve porque son fantasmas que tuvieron un año de prórroga en tierra de los vivos. Recuerda cuando el amo la conoció a Ella paseando con otro perro. Le cambió el carácter, se tornó más alegre. Mas lo venció la tristeza cuando se dejaron. Hasta el día en el que un rayo cayó sobre el coche en el que volvían de coger castañas.
Una historia de fantasmas: recuerda una narradora femenina de cuando haciendo el camino de Santiago desde Pamplona un hombre contó en la velada nocturna de una posada el caso de un accidente de coche que dejó viuda y sumida en la tristeza y soledad a una mujer. Hasta que empezó a sentir la presencia del marido en casa, que luego se hizo real en las flores que alguien había llevado, e incluso en el libro de Valiente que encontró abierto encima de la cama con el poema que ella tantas veces le había leído. Intenta la narradora al día siguiente hablar con el relator de la historia, mas había desaparecido. Y al mirar el periódico de cuatro años antes, cuando había ocurrido el accidente, vio la foto del muerto: era el hombre que había contado el suceso.
Ríos de la memoria: una mujer va años después al encuentro del riachuelo que fue testigo de su despedida de un amor de la adolescencia, cuando la vida la obligó a separarse de él y de su novio. Pero ya no existe.
Unha foto na rúa: un hombre encuentra en las calles de Vigo varias fotos de una mujer muy hermosa; como una de ellas estaba cerca de la universidad y tenía el nombre de Diana, intenta localizarla simulando que trabaja para una empresa de sondeos. Pero no tiene éxito. Es la mujer que deja una última foto en la plataforma antes de subir al tren, que se dedica a viajar desde que le tocó la lotería y va dejando fotos suyas por los lugares que visita.
Meditación ante o álbum de fotos familiar: un hombre descubre con asombro al hacer reformas en el pazo familiar que él heredó que en una pared oculta hay un cadáver con una bala en el cráneo. Y mirando la foto familiar piensa en quien podría ser el asesino.
Despois de tantos anos: cuando una mujer recibe la noticia de que un antiguo pretendiente de la adolescencia acaba de morir, recuerda con nostalgia que entonces, cuando él le regaló las Rimas de Bécquer, ya tenía otro novio, con el que se casó y vivió una vida, que quizás podría haber sido más feliz de haberse decidido por él.
Un río de palabras: la literatura en forma de fragmentos de novelas dejados por las paredes, como si de anuncios se tratase, que el narrador va dejando, y a los que luego se les unen poemas que otros también pegan, puede llenar la ciudad de palabras.
Finalmente, se incluye una reflexión sobre la génesis y las circunstancias de elaboración del libro, De amores e de libros, donde el autor explica que todos los relatos -algunos de ellos publicados en diversos medios en versiones previas- hablan de la importancia del amor y también de su ausencia. Y su tributo en forma de citas a autores como Valiente o Paul Auster.
La edición incorpora, también, unas delicadas ilustraciones de Pablo Auladell.
No hay comentarios:
Publicar un comentario